Chile ha sido testigo de 14 eclipses totales de sol desde su Independencia

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El próximo 2 de julio se suma el fenómeno astronómico número 15 a esta lista, los que han sido estudiados prioritariamente en nuestro país. Incluso, Carlos Moesta, el primer director del Observatorio Astronómico Nacional, consiguió realizar un viaje de investigación al Perú en 1853 para observar el eclipse solar total, lo que se suma al interés por registrar y presenciar estos hitos, que se extiende hasta hoy.

La astronomía es considerada una de las disciplinas más antiguas del mundo y a lo largo del tiempo ha servido para determinar las épocas del año y la navegación de los mares. En la actualidad, se utiliza para establecer coordenadas exactas de ubicación e incluso para inspirar historias de ficción. Nuestro país no se queda atrás, ya que el estudio de los astros también ha sido un aporte a nivel internacional.

El fenómeno de la alineación de la Tierra, la Luna y el Sol era visto con una carga negativa, incluso como un castigo divino, hasta que la observación de los astros y el cálculo de datos útiles para la vida fue ganando terreno.

El Premio Nacional de Ciencias Exactas y académico de la Universidad de Chile Mario Hamuy detalla, en su libro “El Sol Negro” (2019), la relevancia que tuvo para nuestro país el estudio de estos fenómenos astronómicos, señalando que desde la época de la Primera Junta de Gobierno en 1810 se mantiene registro estable de los eclipses solares, tanto parciales como totales.

Según el profesor y doctor en Historia de la Facultad de Filosofía y Humanidades de nuestra Casa de Estudios, Carlos Sanhueza, “el Estado de Chile apoyó el desarrollo científico en esta materia de forma continua porque las autoridades se daban cuenta que la generación de datos era de gran utilidad para el desarrollo del país, como la fabricación de mapas y el establecimiento de la hora oficial”.

De ahí que Carlos Moesta, el primer director del Observatorio Astronómico Nacional, haya conseguido realizar un viaje de investigación al Perú en 1853 para observar el eclipse solar total. Nuestro país entonces, comienza a ser considerado un aporte dentro de la astronomía mundial por su investigación y dedicación en el tema.

De acuerdo al profesor Sanhueza, “el eclipse del 16 de abril de 1893 fue registrado científicamente por el director el Observatorio Astronómico Nacional de Chile de entonces, Alberto Obrecht, y el chileno Carlos Barrios. Este fenómeno está bien documentado y podría decirse que es el primer eclipse donde participó la ciencia chilena”.

El estudio de los eclipses fue aportando cada vez información más precisa y con ello se ha logrado determinar el momento y lugar exactos donde ocurrirá uno. Lo que ha permitido también, a científicos e interesados en el área, prepararse con mejores herramientas para poder extraer buenos resultados de una investigación en vivo y en directo que dura apenas un par de minutos.

Mónica Rubio, astrónoma y académica de nuestro plantel, participó en la delegación que acompañó al astrofísico canadiense Hubert Reeves, junto con representantes del Museo de Ciencias de Santiago y de la Embajada de Francia a presenciar el eclipse solar total del 3 de noviembre de 1994 en Putre, el último del siglo XX.

“Estuvimos en un regimiento que quedaba incluso más arriba que Putre, a 4.700 metros de altura, para ver el eclipse y fue una experiencia realmente maravillosa”, afirmó la profesora Rubio.

La académica señaló que las condiciones climáticas cambian durante estos fenómenos astronómicos. “Es un proceso que dura un par de horas. Ese día amaneció con nubosidad alta, pero al momento del eclipse se despejó, bajó la temperatura y se sintió el viento con más fuerza”, relató.

Ser testigo de un eclipse parece una misión sencilla, pues bastaría con estar atentos a los cambios de luz en el ambiente. Pero poner atención y disfrutar del escenario estelar que se genera con uno de estos eventos, es mucho más complejo; algo que se ha aprendido también con el paso de la historia y las experiencias previas en estos fenómenos. Por esta razón, las autoridades y la comunidad científica hacen un llamado a utilizar lentes certificados para proteger la vista al mirar directamente al sol.

“Lo más impresionante fue el momento en se cubre totalmente el sol, se ve la corona solar de una forma muy caprichosa, con un color plateado nunca antes visto imponiéndose en un cielo totalmente oscuro. Todos teníamos lentes especiales”, señaló la profesora Rubio, describiendo con entusiasmo el punto exacto del eclipse total, igual al que podremos apreciar el próximo 2 de julio en el norte de nuestro país.

Actividades en torno al eclipse total

La Universidad de Chile tiene una serie de actividades preparadas, especialmente con académicos y Premios Nacionales de Ciencias Exactas del plantel, para observar con la comunidad el llamado el “evento del siglo”. En el marco de este despliegue, entre otros encuentros, se realizará una charla masiva con José Maza en La Serena, un sobrevuelo exclusivo con María Teresa Ruiz desde Santiago a la IV Región y talleres con telescopios para niños con Mario Hamuy en Incahuasi.

Hasta el legendario observatorio del Cerro Tololo, en la IV Región, llegará el Rector Ennio Vivaldi, encabezando la delegación de la Universidad de Chile, integrada también por el director del Departamento de Astronomía del plantel, Andrés Escala, y la académica Mónica Rubio, para reunirse con un grupo de científicos nacionales y extranjeros en un encuentro organizado por la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía (AURA, por su sigla en inglés).


Texto: Francisca de la Vega, Prensa U. de Chile.
Infografía: Manuel Toledo-Campos