Dr. Alejandro Afani: «No es aceptable que Chile sea el país que presente la mayor alza de VIH en Latinoamérica»

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En su último informe global, ONUSIDA estimó en 71 mil las personas viviendo con VIH en Chile en 2018, aumentando así los 67 mil que se cifró en 2017. Esto convierte a Chile en el país que mayor alza ha tenido el virus en Latinoamérica durante este periodo, muy por sobre otros países como Bolivia y Brasil, y en la vereda opuesta a Colombia, Ecuador y Perú, donde los contagios van en retroceso. Sobre estas cifras y la urgencia de avanzar en una estrategia que revierta la epidemia, habló en la siguiente entrevista el director del Centro de VIH del Hospital Clínico de la U. de Chile e inmunólogo, Alejandro Afani.

Este martes 16 de julio se difundió parte del informe global del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida, ONUSIDA, documento que levantó una vez más las alertas que en los últimos años han encendido las cifras que el mismo organismo internacional ha informado respecto a la situación de Chile: con 4 mil nuevos casos estimados en 2018, Chile lideró el alza del virus en la región, pasando de 67 mil a 71 mil personas que vivirían con VIH en el país.

Estas cifras, no sólo hablan de un avance sostenido de VIH en Chile, sino además despertaron amplios cuestionamientos a la estrategia local para hacer frente al virus, en un contexto en que la tendencia mundial avanza en el sentido opuesto, con tasas significativas de retroceso no sólo en el mundo desarrollado sino también en algunos países latinoamericanos como Colombia (-22 por ciento), Paraguay (-11 por ciento), Ecuador (-12 por ciento), Perú (-6 por ciento), Nicaragua (-29 por ciento) y El Salvador (-48 por ciento).

“Este informe es una mala noticia para nuestro país, no cabe ninguna duda. Lamentablemente es algo que esperábamos porque es la tendencia de lo que viene ocurriendo en nuestro país desde el año 2010”, afirmó el inmunólogo, Alejandro Afani, recordando que ese año se presentaron 2.968 nuevos casos diagnosticados, y luego en 2018 se registraron 6.948, lo que representó un 134 por ciento de incremento en ocho años, y dando cuenta de una situación a todas luces crítica respecto a una epidemia que en el mismo período comenzaba a retroceder en diversas regiones.

Respecto a los datos globales, ¿qué destaca de los resultados entregados?

A nivel mundial la tendencia sigue siendo a la disminución de los nuevos casos diagnosticados y a la disminución de la mortalidad por esta causa. Sin embargo, Latinoamérica, como región, se encuentra en mal pie. Estaba estancada, sin embargo, el último reporte de ONUSIDA muestra que Latinoamérica ha venido aumentando un 7 por ciento en el último tiempo.

Y dentro de Latinoamérica nos encontramos con el caso chileno liderando las malas noticias…

No es aceptable que Chile sea el país que presente la mayor alza de VIH en Latinoamérica. No es aceptable que en nuestro país siga muriendo gente por esta causa, hace falta un compromiso decidido, mucho más intenso, que no se relativice el tema ni se esté buscando culpables, sino que se asuma, que este no es un tema político, ni ideológico, ni religioso: este es un tema médico y de salud pública y hay que solucionarlo rápidamente.

¿Qué es lo que hay que hacer hoy para revertir estos números?

Primero, hay que aumentar rápidamente y de manera eficaz el testeo, la pesquisa a nivel nacional. Tenemos una brecha muy grande de personas que están viviendo con el virus y desconocen su diagnóstico, estamos hablando de 20 o 25 mil personas. Si tenemos 71 mil personas que se estima están viviendo con el virus y tenemos poco menos de 50 mil que conocen su diagnóstico, esa brecha es muy importante, y debemos aumentar el testeo.

¿Y qué pasa con el cumplimiento de esa tarea a nivel estatal?

El año pasado el 18 de mayo de 2018, el Ministerio de Salud anunció un Plan Nacional, que contenía varias medidas, una de ellas era ofrecer 1 millón 850 mil Test Rápido en todo el país en el período de dos años. Sin embargo, en el primer año se han realizado 110 mil, lo que representa menos de un 7 por ciento del total. O sea, a esa velocidad no vamos a avanzar en la dirección que queremos.

El testeo una de las partes fundamentales de esta estrategia, ¿cuáles son los otros frentes?

Se deben promover rápidamente los cambios necesarios para introducir la educación sexual estructurada en los colegios, promover el autocuidado y una sexualidad responsable, y el uso adecuado del condón masculino y femenino. Por último, es necesario introducir el PrEP, que es la Profilaxis Pre-Exposición. Este fármaco estaba incluido en el plan piloto del MINSAL hace un año, y uno no entiende la demora para asumir estos desafíos que son importantes para controlar la infección.

Atendiendo a este contexto, el HCUCH y la U. de Chile ha implementado la campaña “El VIH no discrimina”, para hacer frente al avance del virus. Nos puede contar sobre esta experiencia.

Nosotros como Hospital Clínico de la Universidad de Chile desde noviembre del año 2017, en que aparece el primer informe de ONUSIDA que muestra al país en una situación crítica, hemos estado haciendo campañas masivas importantes, ofreciendo el test de manera gratuita, educando sobre prevención y autocuidado, entregando el PrEP, y realizando acciones comunicacionales. Como los casos nuevos están concentrados en la población joven de 15 a 29 años, hemos ido itinerando en cada uno de los campus universitarios con un testeo masivo y entrega de información para nuestros estudiantes, funcionarios y académicos. Sabemos que debemos imprimirle otra velocidad a la que esto ha tenido hasta ahora.

Y a nivel nacional, ¿cómo ha visto las campañas que el Estado ha lanzado para la prevención del VIH?

Históricamente las campañas de VIH han estado desenfocadas y no han tenido impacto, sino no estaríamos hablando de estas cifras hoy. No han sido permanentes tampoco a lo largo del tiempo, sus mensajes han sido confusos, obsoletos, anacrónicos y no han tenido llegada a donde tienen que llegar. Los jóvenes tienen otras formas de comunicarse y tenemos que adaptarnos a ellos. Además, hay que mantener las campañas en el tiempo, con mensajes claros, directos y que tengan impacto.

A nivel global el desafío 90-90-90 de la ONU (90 por ciento de la población diagnosticada, 90 por ciento de la población diagnosticada en tratamiento y 90 por ciento de la población en tratamiento con niveles indetectables de virus) pretendía alcanzarse en 2020. Chile está lejos de esa meta, ¿cuánto cree que deberíamos demorarnos para poder alcanzarla?

Si se toman todas las medidas necesarias deberíamos llegar nosotros como país a esta meta de aquí a unos tres o cinco años. Esto requiere inyección en recursos económicos e inyección en recursos humanos, infraestructura y estrategia. Lo peor que podemos hacer es bajarle el perfil, relativizar el tema y ser autocomplacientes. El tema es grave en nuestro país, es grave en la región y Chile lidera el alza de nuevos contagios en Latinoamérica.


Texto: Francisca Siebert
UChile