Académicos de la U. de Chile instan a las autoridades a aumentar el presupuesto destinado a salud mental

Compartir
f169437-2-h

Con el objetivo de seguir las recomendaciones de la OMS relativas a la necesidad de invertir un 6 por ciento del presupuesto anual de la cartera de salud en este ámbito, el grupo #SaludMentalesSalud, originado en nuestro plantel y hoy que incluye profesionales y académicos de distintas disciplinas, emplazó al Gobierno y al Congreso para aumentar los recursos anuales disponibles, desarrollando estrategias intersectoriales de políticas públicas con el trabajo de organizaciones civiles. Todo esto en el marco del Día de la Salud Mental, que se conmemora mundialmente el 10 de octubre.

Este sábado 10 de octubre se conmemora mundialmente el Día de la Salud Mental, iniciativa impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que busca relevar las temáticas de salud mental y el derecho de los y las ciudadanas al acceso a un tratamiento eficaz y a tiempo para prevenir patologías y abordar las ya existentes. Desde la Universidad de Chile, en tanto, nació la propuesta #SaludMentalEsSalud, que busca aumentar el presupuesto destinado por el Estado en este ámbito, y poner sobre la mesa temas invisibilizados como las problemáticas de salud mental en la sociedad que no necesariamente constituyen patologías.

La propuesta surgió de un grupo de profesionales y académicos de la Universidad de Chile de distintas disciplinas, quienes se unieron a raíz de la preocupación por la salud mental de nuestro país, especialmente después de las repercusiones a largo plazo de la crisis sanitaria.

Este grupo de académicos -integrado por profesores de facultades como Medicina y Ciencias Sociales, así como especialistas de otras casas de estudios- emplazan al Gobierno y al Congreso a aumentar el presupuesto anual en salud mental; desarrollando estrategias intersectoriales de políticas públicas con el trabajo de organizaciones civiles. En paralelo, enfatizan la necesidad de abordar de manera diferenciada la problemática de salud mental en grupos vulnerables, como la infancia, la vejez y población de riesgo social

#SaludMentalEsSalud, plantea dos puntos principales. Primero, aumentar el presupuesto destinado a Salud Mental llegando a un 6 por ciento del presupuesto del Ministerio de Salud para cubrir las necesidades en el sistema público. Actualmente, este número se mantiene cercano al 2 por ciento; es decir, por cada 100 pesos que se invierten en salud, sólo 2 van a salud mental.

Al respecto, detallan los profesores de #SaludMentalEsSalud, este dinero debería invertirse de forma tal que impacte directamente a la población más afectada -dado que actualmente solo el 38,5 por ciento de las personas con enfermedades mentales recibe tratamiento-; incluyendo a los grupos en riesgo social y de la tercera edad, a través de un impulso económico a los servicios públicos de salud que permitan el acceso directo de las personas a los especialistas, potenciando CESFAM, dotación de profesionales en espacios públicos de salud y también educativos.

En el segundo punto, proponen igualar las coberturas de los tratamientos de salud mental con las existentes para el resto de las enfermedades físicas en todos los planes de salud del sistema Isapres. Esto, dado que actualmente la cobertura promedio de enfermedades de salud física en el sistema privado es de un 60 por ciento, pero cuando se trata de salud mental esta cobertura es sólo la mitad.

En paralelo, las y los integrantes de #SaludMentalEsSalud plantean que hay una serie de restricciones que se aplican en planes de salud que limitan, por ejemplo, la hospitalización psiquiátrica, número de consultas y pago de licencias, por lo que además de terminar con la discriminación en los casos de enfermedades de salud, se requiere asegurar una mejor dotación tanto de personal como implementos para poder ofrecer tratamientos integrales.

Esto se suma la propuesta enviada desde la Universidad de Chile a la Mesa Social Covid-10  referida a salud  mental, en el que se alerta del impacto que tendría la pandemia, el confinamiento y la crisis económica en la salud mental de las personas.

La situación actual en Chile

“Se puede evidenciar una crisis”, afirma Carlos Ibáñez Piña, psiquiatra, académico de la Universidad de Chile y uno de los impulsores de #SaludMentalEsSalud, en base a que Chile es considerado por la OMS entre los países con mayor carga de morbilidad por enfermedades psiquiátricas en el mundo, alcanzando un 23,2 por ciento. A esto se suma que según datos de la última Encuesta Nacional de la Salud -publicada el 2016- una de cada tres personas mayores de 15 años han sufrido un trastorno psiquiátrico en su lapso de vida. Además, de este grupo, un 22,2 por ciento había tenido complicaciones en ese último año.

Si pensamos que la salud es un derecho, la salud mental por consiguiente también lo es”, explica el profesor Ibáñez, para quien “lamentablemente aquí existe un estigma y una discriminación muy grande por los problemas de salud mental». Esto último se agudiza dado que «se ha ido postergando esta necesidad, no por motivos técnicos, porque los datos del punto de vista de la Salud Pública están disponibles hace mucho tiempo y muestran que hay tratamientos efectivos».

Esta brecha -que se ha ido manteniendo durante muchos años-, ahonda el profesor de la Facultad de Medicina, «no tiene ninguna justificación racional, y en parte está producida por esta discriminación que existe contra los problemas de salud mental; además del estigma desde donde se malentienden los problemas de salud mental con problemas de debilidad moral, de malas costumbres y no se abordan como debiesen”.

A todo lo anterior, se suma la pandemia por Covid-19 que, en palabras de Consuelo Aldunate, integrante de #SaludMentalEsSalud, psiquiatra y académica de la Universidad de Chile, “viene a agudizar una crisis ya existente».  En esta oportunidad, «el día Mundial de la Salud se conmemora en un momento en el que nuestras vidas han sido considerablemente alteradas y hemos tomado un poco más consciencia del impacto que han tenido los últimos meses en la salud mental”.

Es por ello que un grupo de investigadores e investigadoras de la Universidad de Chile se encuentran realizando el estudio longitudinal «Vida en Pandemia»,  el cual busca conocer las repercusiones de la crisis sociosanitaria en la población. En su primer informe, el estudio señala que el 73 por ciento de las personas de menores ingresos -de 2.552 personas consultadas- declara tener problemas para pagar créditos de consumo, en tanto que un 56 por ciento de ellos los tiene para comprar artículos básicos.

El psicólogo, decano de la Facultad de Ciencias Sociales, y uno de los investigadores del estudio, Roberto Aceituno, afirma que “la situación actual, en esta crisis sanitaria, económica y social, deja en evidencia condiciones previas asociadas al malestar subjetivo (y también social). Si bien los datos epidemiológicos dan cuenta desde hace mucho tiempo de experiencias ligadas a la ansiedad, los estados depresivos, el consumo abusivo de alcohol y sustancias, es necesario considerarlos a la luz de fenómenos psicosociales y no solamente médicos”.


Estefanía Labrín, Prensa U. de Chile