Carmen Andrade, directora de Igualdad de Género: «Queremos que se deje de naturalizar o de aceptar la violencia de género»

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En el marco de la nueva campaña de prevención de la violencia de género y acoso sexual de la Universidad de Chile, la directora de Igualdad de Género de nuestro plantel, Carmen Andrade, explica los alcances de esta iniciativa, así como los avances y desafíos de la institución frente a este tema.

Frases como “La prueba puede ser oral si viene maquillada” o una fotografía de 1927 que retrata el quinto congreso de Solvay con una veintena de hombres y sólo una mujer científica son sólo algunas de las publicaciones que integran la segunda campaña de prevención de violencia de género y acoso sexual de la Universidad de Chile.

Bajo el llamado “Chile se cansó de los abusos, ¿y la Chile?”, la Dirección de Igualdad de Género de la Universidad de Chile (DIGEN) presentó la iniciativa que tendrá una duración de tres meses, y que busca interpelar, reflexionar e incentivar la prevención y utilización de los canales de información y denuncia.

Según los datos de la DIGEN, una de cada cuatro personas ha conocido casos de acoso y violencia de género durante su trayectoria universitaria, mientras que un 15 por ciento ha vivido estas situaciones directamente. La directora de Igualdad de Género, Carmen Andrade, se refirió a esta nueva campaña, a los avances al interior de la universidad relación a género, entre otras temas.

– Hace algunas semanas comenzó la segunda campaña contra el acoso sexual en la Universidad. Sin embargo, el trabajo viene de años, ¿por qué es tan importante para la Universidad estar a la vanguardia en estos temas?

Nosotras siempre hemos dicho que “la Chile es como Chile”, en un cierto sentido lo que pasa en la Universidad tiene mucho que ver con lo que está ocurriendo en la sociedad. Lo que sí marca una diferencia, es que en el caso de la Universidad de Chile existe una decisión desde su máxima autoridad para enfrentar seriamente el tema de la violencia. Nosotras hemos dicho con mucha fuerza que no vamos a tolerar la violencia contra las mujeres.

Además, sabemos que los efectos de la violencia en las personas que componen la comunidad universitaria; estudiantes, trabajadores, docentes, en fin, son muy funestos. Por lo tanto, la universidad no puede estar indiferente cuando ve que sectores importantes de su comunidad están siendo agredidos, violentados o se está dañando su integridad.

– ¿A quién busca interpelar esta campaña?

Hay una interpelación general para que revisemos y problematicemos las conductas que se dan dentro de la universidad, pero principalmente está dirigida a los hombres, tanto a los estudiantes, funcionarios y académicos, ya que -tal como lo demuestran los estudios- son ellos mayoritariamente los agresores. Sabemos que la evidencia en esto es muy concluyente, el fenómeno del acoso se da principalmente en la relación de hombres que agreden y mujeres que son agredidas. Estamos interpelando a los que presentan conductas violentas.

– ¿Cuáles son los desafíos más relevantes para el éxito de esta campaña?

Para nosotras, es fundamental que todas las personas que estudian o trabajan en la Universidad cuenten con la información y también con la confianza de que existen mecanismos institucionales donde denunciar, pedir apoyo, recibir asesorías y tener las expectativas de que la Universidad va a investigar. Para nosotras, es importante que conozcan y se apropien de los mecanismos que se han creado para responder a las denuncias, sobre todo pensando que los ha creado la propia comunidad.

Por otro lado, esperaría una actitud más crítica sobre el fenómeno de la violencia. Que se deje de naturalizar o de aceptar la violencia como si fuera inevitable. Si nosotras pudiésemos incidir en esto y lograr una comunidad más alerta, que no tolera, que critica y que rechaza la violencia, significaría que dimos un paso muy importante.

– ¿Cómo ha reaccionado la comunidad educativa ante esta iniciativa?

Hemos tenido reacciones diversas, muchas señales de apoyo. Nos han dicho lo importante y necesario que era una campaña así. También tenemos facultades donde se han generado discusiones internas a propósito de la segmentación. Una de las cosas que se ha develado con el material gráfico de la iniciativa es que hay áreas que son especialmente masculinizadas; las áreas de las ciencias, ingenierías, etc. y cuesta que académicos, en este caso, comprendan que hay barreras estructurales que llevan a estas situaciones, generando debates al interior.

La campaña pretende interpelar y es evidente que aquello tiene que generar reacciones en uno y en otro sentido, pero sin discriminar y sin descalificar. A nosotras nos parece muy importante que ocurra, siempre y cuando se dé en un ambiente de respeto.

– Desde su perspectiva, ¿cuáles son los avances más importantes en materia de género al interior de la Universidad?

Me gustaría referirme a los avances más bien concretos. Primero, que se ha creado una institucionalidad, una arquitectura al interior de la universidad para desarrollar políticas de igualdad. Hoy tenemos una Dirección de Género, un Consejo Asesor, hay unidades o direcciones de género en la mayoría de las facultades, también en la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo. Hoy tenemos cierto andamiaje institucional que nos va a permitir ir instalando las políticas de igualdad con mecanismos institucionales, ojalá lo más sólido posible. Contar con este tipo de institucionalidad es un avance.

También, hemos trabajado una segunda línea que es lo que se llama transversalizar, que es instalar políticas de igualdad en distintos ámbitos. Tenemos políticas universitarias de igualdad, contra el acoso, de corresponsabilidad social de los cuidados, medidas para el reconocimiento del nombre social de las personas trans, se están haciendo instructivos de buenas practicas para el desarrollo académico igualitario, además se está trabajando en una de buenas prácticas laborales con perspectiva de género.

Por último, también advierto un avance cultural en la reflexión crítica. Creo que hay mucha más conciencia de las desigualdades en la Universidad y voluntad política de sus autoridades para erradicarla, lo que es vital.

– ¿Cuáles son los desafíos que se vienen para la Universidad en relación a igualdad de género?

Tenemos muchos, pero señalaría como uno de los más importantes el proceso que estamos realizando en la actualidad. Estamos desarrollando un proceso de reconocimiento de estándares de igualdad de género y lo estamos haciendo en coordinación con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Esto consiste en que el conjunto de vicerrectorías de la Universidad de Chile y algunas facultades han establecido metas, que es lo que llamamos estándares de igualdad, que debemos lograr de aquí a un periodo definido. Esto es a través de un plan de acción, luego viene una etapa de auditoría y al final una evaluación. Es decir, nos estamos autoexigiendo para ir instalando estándares de igualdad en la docencia, en la investigación, en las políticas de remuneraciones, en la extensión universitaria, en toda la universidad.

Esta es una intervención integral y que nos permite dar un importante paso. Ojalá también sirva como un estímulo para el resto de las universidades estatales. Es primera que vez que se hace un proceso de reconocimiento de estas características, que busca generar un modelo de certificación en igualdad para las universidades.


Piera Sánchez