Ciclo de debates Allende y su legado cultural: «Una revolución sin libertad de expresión es imposible»

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Este viernes 4 de septiembre, la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones inició las conmemoraciones por los 50 años del triunfo de Salvador Allende con un panel virtual donde el cineasta griego Costa-Gavras, la documentalista Carmen Castillo y el realizador Miguel Littin recordaron el impacto cultural y social de la elección democrática de un socialista como Presidente. La actividad fue transmitida por el Facebook Live de Vexcom y por la Radio Universidad de Chile. El ciclo continuará el 9 y 22 de septiembre con otros dos conversatorios.

El recuerdo de la emblemática figura de Salvador Allende, su faceta política y de líder socialista, pero también su faceta personal de amigo y compañero leal marcó la conversación de tres cineastas que lo conocieron de cerca y vivieron como testigos y protagonistas el histórico triunfo de la Unidad Popular, cuando ese 4 de septiembre de 1970 llegó al poder en Chile la primera coalición de izquierda marxista por la vía democrática.

El cineasta griego Costa-Gavras, la documentalista Carmen Castillo y el realizador Miguel Littin se retrotrejeron a aquella época en el panel titulado “¿Qué significó el triunfo de Salvador Allende para el mundo? Miradas desde la cultura”, actividad organizada por la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones y auspiciado por la Revista Anales de la Universidad de Chile. La moderación del encuentro estuvo a cargo de la vicerrectora y Premio Nacional de Periodismo, Faride Zerán, y contó con la intervención del Rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, quien también entregó un testimonio de sus recuerdos de esa época, cuando aún era un joven estudiante de Medicina y formaba parte de la Federación de Estudiantes de la U. de Chile. La transmisión se hizo a través del Facebook Live de Vexcom y de la Radio Universidad de Chile, en su dial 102.5 FM. La actividad fue apoyada además por la Fundación Victor Jara, que aportó un video de Inti-Illimani interpretando “Charagua”, pieza creada por Víctor Jara para musicalizar las transmisiones de canal 7.

La primera pregunta al panel giró en torno a cuáles son hoy los recuerdos más vívidos de ese 4 de septiembre, hace 50 años, y qué legado dejó la figura de Allende a las generaciones futuras. Carmen Castillo, autora de casi una veintena de trabajos audiovisuales, entre ellos Calle Santa Fe (1994), destacó el trabajo popular que realizó Allende como candidato en las calles y poblaciones de todo Chile, actividad que ella conoció de cerca como integrante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR): “Desde la franja del MIR nos dimos cuenta del trabajo de Salvador Allende con el pueblo, porque él educó al pueblo en este camino revolucionario, él era un pedagogo, todo lo contrario a un demagogo, él acompañaba y abrazaba a la gente. Entonces cuando ese día gana y con Beatriz Allende vamos a la mesa de la FECH a escuchar su discurso, vimos cómo ese mismo pueblo configuró en las calles el clamor de la esperanza, el clamor que decía “ahí está nuestro Presidente, nuestro compañero”. Cuando Allende se dirige al pueblo esa noche es palpable, tangible ese momento histórico. Hoy debemos tener claro que nada está escrito de antemano, no existe la fatalidad histórica. Hasta esa victoria, todo indicaba que no era posible que Allende ganara, pero ganó, por eso la historia la escribimos nosotros, la escriben los pueblos y esa memoria es buena tenerla hoy”, señaló la cineasta.

El cineasta Costa-Gavras, la documentalista Carmen Castillo y el realizador Miguel Littin participaron del primer panel de debates a 50 años del triunfo de Allende.

El realizador franco griego, Costa-Gavras, quien dirigiera la película Missing (1982), donde denunció la complicidad de Estados Unidos en el golpe de estado de Pinochet, calificó ese 4 de septiembre como un “terremoto”, “un placer enorme, porque era posible que en América Latina un demócrata, un socialista llegara al poder” y recordó el viaje que hizo acompañando a Allende a Temuco, donde vio también su contacto cercano con la gente. “Lo acompañé al sur, para las elecciones municipales de marzo y vi a los mapuches diciendo ¡Allende, Allende! con un amor extraordinario, también fue a una mina de carbón, donde también los mineros vitoreaban su nombre. Cuando volví a Francia conté todo eso porque aunque la gente de izquierda hablaba muy positivamente de Allende, no conocían toda la realidad chilena. Me parece que Allende es un ejemplo histórico para la izquierda por siempre”, afirmó.

Miguel Littin, director de El Chacal de Nahueltoro y de películas que retrataron esa época como Dawson, Isla 10 y Allende en su laberinto, narró los tensos momentos que se vivieron dentro del canal de televisión que manejaba la Universidad de Chile y que estuvo a cargo de la transmisión en directo del conteo de votos. “Éramos la mesa oficial del comando de Allende, porque a través del canal se había hecho toda la campaña y eran las seis de la tarde y estábamos dando por ganador a Jorge Alessandri, hasta que llegó Bernardo Leighton y nos dijo que estábamos equivocados, que quien estaba ganado era Salvador”, contó quien fuera más tarde, durante la Unidad Popular, el director de Chilefilms. “Que ganara Allende fue una conmoción que nos cambió completamente la vida. En el mundo cultural se produjo una explosión espontánea, todo el mundo cantaba, pintaba, filmaba, fue una alegría inconmensurable”, agregó.

El Rector de la U. de Chile, Ennio Vivaldi, que en ese entonces era estudiante de Medicina y parte de las Juventudes Socialistas, también compartió sus recuerdos. “Llegué caminando a la FECH (donde Allende dio su primer discurso) y había una multitud eufórica. Era una emoción que trascendía los intereses individuales y generaba un sentir colectivo. Son sensaciones que se experimentan pocas veces en la vida, éramos jóvenes que teníamos toda la vida por delante y con un futuro que tendría que ser muy distinto”, señaló. “Es muy importante reflexionar sobre las múltiples circunstancia que impidieron que ese proyecto se desarrollará, no es tan sólo decir que el mundo era polarizado o que no cabía este proyecto excepcional en lo que era, hay que ver qué pasé dentro de los movimientos que deberían haber apoyado al gobierno y que luego fueron débiles”, agregó.

Otra revolución

En la segunda ronda de intervenciones, se destacó cómo el desarrollo de la cultura y de la libertad de expresión primó durante los años de la UP , así como siempre fue notoria la lealtad y admiración que demostró Allende por los movimientos revolucionarios. En esa línea, la realizadora Carmen Castillo apuntó sobre la convicción implacable del socialista por su programa de gobierno. “Allende fue un hombre que llevaba en sí mismo la esperanza. El sufrió muchas derrotas antes del 4 de septiembre, recuerdo patentemente la anterior, la del año 64 y cómo llorábamos y él venía y nos levantaba el ánimo a todas las mujeres que lo acompañamos en ese momento y nos decía sin dudas “la próxima ganamos”. Me sorprendía esa manera repleta de humor, repleta de consideraciones pero para discutir con fervor con algunos compañeros que queríamos acelerar más el proceso y la lealtad de esos diálogos entre Miguel Henriquez y Salvador Allende, él tenía una admiración por los movimientos revolucionarios y eso no hay que olvidarlo porque le da mayor grandeza todavía”, dijo la realizadora.

En 1970, Costa-Gavras estaba estrenando su película La confesión, que denunciaba las purgas estalinistas de las que fueron víctimas los disidentes del Partido Comunista checoslovaco y que se anunció estaría prohibida su reproducción en Chile. Él mismo director prefirió consultarle directamente al presidente Allende y así calmar los ánimos de los productores de Paramount: “me encontré con Augusto Olivares (periodista, jefe de prensa de Televisión Nacional y amigo de Allende) quien era un personaje extraordinario y juntos fuimos a hablar con Allende quien me dijo que no había tal prohibición, que los diarios y los cineastas podían hacer lo que quisieran e incluso hicimos una proyección sorpresa de la película”, contó Gavras y concluyó. “En Europa hablaban del castrismo, de sovietismo, pero nada que ver, en Chile había una libertad total. Él hablaba de una idea de revolución totalmente distinta era otra posibilidad de conducir al pueblo a una revolución verdadera pero por medios democráticos”.

En ese sentido, Carmen Castillo destacó el apoyo que recibió Chile desde Francia en el posterior golpe de Estado. “La solidaridad del pueblo francés se explica en el apoyo que dio Mitterrand a la lucha de resistencia clandestina abierta contra Pinochet. el impacto de allende internacional fue enorme”.

Para Miguel Littin, el gran legado de Allende fue justamente esa “otra” vía al socialismo que se planteó en esos años. “Una revolución sin libertad de expresión es imposible. Eso entendimos y también que el valor del individuo es tan importante como el valor de lo colectivo y que ambas cosas deben conjuntarse y que el intento de Allende sigue siendo válido. Eso hay que tenerlo muy claro en el día del plebiscito en que se va a llevar adelante el Apruebo, con la convicción de vencer, pero con justicia, igualdad y equilibrio”, cerró el director.

 


Denisse Espinoza – periodista Vexcom