Después de dos años de trabajo, este miércoles 31 de agosto se realizó el lanzamiento de la revista Monográfica, publicación del Programa Académico de Bachillerato compuesta por cinco artículos escritos por bachilleres de la U. de Chile, cuyo equipo editorial está integrado por Gabriela Cáceres, Paulina Cabanillas y Felipe Munizaga.
“Fue una grata experiencia no sólo por el aprender a escribir un artículo, participar en la creación de una revista y en el diseño para el mismo texto, sino por el compartir con personas que saben mucho de temas distintos. Además se dieron instancias de conversación y retroalimentación que fueron muy provechosas”, señaló Yamila Olivares, autora del artículo “La mujer en la historia de la cristalografía: relatos desde la exclusión”, que se suma a los autores Sebastián Ojeda, Esteban Hernández, Catalina Navea y Sofía Blanco, integrantes de la primera edición de la revista.
Para Sofía Blanco, autora de “Zoonosis: una revisión a los factores de aparición y su abordaje en Chile”, revisar su monografía escrita hace años atrás, le permitió darse cuenta de la importancia del trabajo interdisciplinar y de analizar bajo otras perspectivas el tema que había escogido. Sobre todo en su caso, porque su investigación se trató de las enfermedades que se transmiten de animal a humano y que la realizó antes de que ocurriera la pandemia.
“Esta revista es un espacio que tenía que surgir en Bachillerato. Pese a que el proceso de estar en el Programa puede ser difícil y pedregoso, acá se reúne mucha gente talentosa y con gustos muy diversos. Entonces, compartir con compañeros que no necesariamente tienen tus mismas opiniones e intereses, te permite abrir la mente y ver que muchos temas se cruzan y están íntimamente relacionados”, comentó.
El Director del Programa Académico de Bachillerato, Dr. Jorge Babul, aprovechó de recordar que cuando se creó el Programa ese era precisamente uno de los objetivos: que los y las estudiantes pudieran desenvolverse de manera profesional con personas de distintas disciplinas, que desarrollaran la habilidad de escuchar y entenderse con otros.
“Si los y las jóvenes van a estar dos años acá para luego transferirse a las distintas unidades académicas de la universidad, era una meta no solo que escribieran bien o que supieran investigar, sino también que pudieran escuchar, prestar atención, conversar, exponer un problema a un público que no sabe lo que tu sabes. Sin duda alguna el conocimiento específico tiene un tremendo valor, pero también lo tiene saber integrarse a distintos ambientes, lugares de estudio o de trabajo, en un contexto que cambia día a día. Eso es lo que siempre ha buscado el Programa de Bachillerato”, afirmó.
De monografía a artículo
Uno de los requisitos que deben cumplir todos los y las estudiantes de Bachillerato es escribir un ensayo monográfico al finalizar su segundo año en el Programa. Esta entrega es indispensable para que puedan transferirse a la carrera en la que desean continuar con sus estudios y obtener el grado académico de Bachiller.
“Uno de los propósitos de la revista era rescatar el valor de esos trabajos, que no quedaran ahí olvidados en la biblioteca y grabados en la memoria como algo que se hace por cumplir, que termina siendo muchas veces un estrés o algo a lo que no se le da mucha importancia, cuando en realidad sí la tiene”, contó Gabriela Cáceres, una de las fundadoras de la publicación. “Crear una publicación nos permitía dos cosas. Primero, incentivar a los y las estudiantes que vendrán a construir conocimiento desde el inicio de sus procesos de aprendizaje, demostrarles que tiene un propósito, un valor. Y segundo, instalar en ellos y ellas la idea de que ya en estos niveles, en primer o segundo año de sus trayectorias universitarias, sus producciones, sus puntos de vistas y su manera de entender ciertos temas son relevantes y pueden ser muy interesantes para debatir en comunidad”, explicó.
El proceso de creación de la revista partió con una convocatoria abierta a bachilleres de otras generaciones. Se les pidió que enviaran las monografías y que se comprometieran a participar de un proceso de acompañamiento dialógico y horizontal. “Esto implicaba que estuvieran dispuestos y dispuestas a revisar sus trabajos, a ver los temas que habían escogido en relación a lo que pasa hoy en nuestro país y en el mundo”, detalló Felipe Munizaga, también integrante del equipo fundador. “Todo con el objetivo de comprender que la escritura es circular, que es un buen ejercicio revisar lo escrito para seguir reflexionando y crear conocimiento nuevo. Para eso los y las estudiantes debieron ejercitar, reflexionar, conversar con otros y escribir sus artículos sin perder su voz como investigador o investigadora”, detalló.
Los artículos fueron escritos en plena pandemia, en un período marcado por el confinamiento, las clases telemáticas y el trabajo remoto. Pese a las dificultades, los y las estudiantes se motivaron y lograron el desafío.
“Creo que el espacio de la revista cumple con varios virtuosos propósitos: es un espacio de expresión académica, donde un estudiante puede expresar su interés, investigación y reflexión en torno a un tema”, dijo Julio Mella, coordinador académico del Programa. “Por otra parte le da un sentido y un cierre a un trabajo que tiene otro lugar en la vida académica del bachiller -la generación de un trabajo escrito a nivel universitario que le permite graduarse- pero que con la publicación en la revista, se complementa muy bien. Le muestra al propio autor y al conjunto de estudiantes que uno de los destinos del conocimiento es ponerlo a disposición de otros y que eso es un resultado formativo importante, uno al que también apunta parte de su trayectoria universitaria”, agregó.
Unidad de Comunicaciones Bachillerato
Fotografías: Felipe PoGa