Ómicron: ¿Es posible que este sea el fin de la pandemia?

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Detectada ya en 91 países y provocando cifras récord de contagios en Europa, Estados Unidos, Argentina e Israel, entre otros lugares, Ómicron ya empieza a imponer su supremacía en esta fase de pandemia. Mientras los expertos observan el comportamiento de esta nueva variante en expansión en un mundo con diversos niveles de inmunización, han surgido algunas voces que estiman que la alta contagiosidad de Ómicron podría llevarnos a la esperada inmunidad de rebaño, y con ello al fin de la pandemia. Los académicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Fernando Valiente y Mercedes López, derriban mitos en torno a esta variante y advierten que el destino del COVID-19 aún está por verse.

A poco más de un mes de la detección de la variante Ómicron en África, los rebrotes, alzas y cifras récord de contagios ya se expanden alrededor del mundo. En Chile, los primeros registros de Ómicron son del 4 de diciembre, y -desde entonces- los casos detectados de la variante han ido al alza.

«Ómicron es efectivamente una variante mucho más contagiosa», afirmó la directora del Programa de Inmunología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Mercedes López, quien junto con señalar que todavía es muy pronto para conocer el impacto real de esta variante, enfatiza en que su aparición «es un llamado de atención respecto a la posibilidad de que aparezcan variantes que puedan ser complicadas y de la necesidad de vacunar a todo el mundo. Los niveles de vacunación en los países africanos, donde parte Ómicron, es vergonzosa. Los esfuerzos deberían estar puestos ahí».

Frente a los récords de contagios que se registran hoy alrededor del mundo producto de Ómicron, y las estimaciones de casos que puedan hacerse para nuestro país, el virólogo e investigador del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Fernando Valiente, señaló: «Hay que recordar que las vacunas actuales no evitan la infección, si a eso le sumamos el relajamiento de las medidas de autocuidado en un momento epidemiológico donde existe una variante mucho más contagiosa, lo más probable es que generen una alza importante en los casos diarios. ¿Cuánto? es muy difícil estimarlo».

Junto a su alta contagiosidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) también ha observado -hasta el momento- que esta variante afecta las vías respiratorias superiores y provoca síntomas más leves que las variantes anteriores. Estas características han dado pie a voces que plantean que Ómicron podría llevarnos a una inmunidad de rebaño, y con ello al fin de esta pandemia. No obstante, los expertos ponen límite a estas estimaciones.

«Hay que ser cuidadosos con esa afirmación. Algunos enfermarán levemente, pero otros, incluso vacunados, se enfermarán gravemente», advirtió el doctor Valiente, quien señaló que «lo más probable es que Ómicron pueda desplazar a Delta, y ya lo estamos viendo, como lo hizo Delta con Gamma. Lo importante a recalcar es que esto no termina acá. Las variantes seguirán apareciendo, sobre todo si le damos mayor oportunidad a que el virus infecte. Por eso, es muy importante completar el esquema de vacunación con la dosis de refuerzo incluida, el uso correcto de mascarillas certificadas y la ventilación constante de los espacios cerrados».

En esta misma línea, la doctora López agregó que «es muy pronto para decir que vamos a conseguir inmunidad de rebaño, porque el problema que tenemos con esta infección, con las vacunas y la inmunidad natural, es que se producen dos cosas. La primera es que, según los reportes que tenemos, la inmunidad cae, y -por lo tanto- eso favorece que podamos reinfectarnos. Lo segundo es que mientras dejemos circular el virus van a aparecer nuevas variantes y estas cambian las moléculas que reconoce el sistema inmune, y eso lo vuelve menos eficaz. Mi impresión es que probablemente no vamos a tener inmunidad de rebaño y que tendremos que tener algún tipo de esquema de vacunación en poblaciones de riesgo, similar al que se tiene con la influenza. Pero todavía eso es pura especulación».

Respecto a la aplicación de una nueva dosis de refuerzo, que el ministro de Salud, Enrique Paris, anunció que comenzaría a aplicarse este mes, el profesor Valiente afirmó que «aún falta evidencia para indicar una nueva dosis de refuerzo en la población general». Similar opinión tiene la doctora Mercedes López, quien expresó que hoy no existe una justificación para el uso de una cuarta dosis tan precozmente. «Los datos que nosotros tenemos en Chile -que tenemos un esquema doble más un refuerzo de Pfizer- es que ese refuerzo logra aumentar la inmunidad de manera relevante, por lo tanto, no tenemos ninguna evidencia que otro refuerzo vaya a tener eficacia. Sobre todo porque el problema que tenemos con Ómicron es que justamente la proteína o la molécula que reconoce el sistema inmune cambia mucho, entonces eso vuelve menos eficaz la respuesta inmune que se está generando con las vacunas que tenemos y con la inmunidad que tenemos a las otras cepas».

No obstante lo anterior, el doctor Valiente afirmó que la situación es distinta en el caso de la población más vulnerable. «Hay estudios que muestran que luego de seis meses de vacunación con esquema completo, e incluso luego de una dosis de refuerzo, los anticuerpos capaces de neutralizar el virus (o sus diferentes variantes) empiezan a decaer. En Chile, la dosis de refuerzo comenzó en agosto del 2021, por lo cual las personas mayores de edad y las personas inmunocomprometidas, quienes tienen mayor riesgo de que la protección generada con las vacunas vaya decayendo con el tiempo, estarían en condiciones de partir una nueva dosis de refuerzo para enfrentar la circulación de las nuevas variantes. Israel fue uno de los primeros países en tomar esta decisión en este tipo de poblaciones».

Respecto a esta misma población, la doctora López indicó que hoy sería pertinente estudiar a poblaciones específicas que puedan requerir esta segunda dosis de refuerzo. ¿Cuáles son esas poblaciones? «Los mayores de 60 años, que son una población de riesgo, que han recibido Sinovac y como refuerzo Sinovac. Esas son alrededor de 205.000 personas en Chile. En ellos tendríamos que estudiar cómo se ha comportado el refuerzo con Sinovac y ver si es necesario un segundo refuerzo con Astrazeneca o Pfizer», afirmó la académica.

Para Valiente, la calendarización de las dosis de refuerzo debe ir en conjunto con la generación de evidencia sobre los niveles de anticuerpos que neutralizan el virus y la respuesta de memoria que las vacunas generan. «¿Cada cuánto tiempo deberíamos aplicarlas? Esa es la pregunta que hemos tratado de ir respodiendo con la generación de evidencia local en nuestro laboratorio. Sin embargo, es muy importante disponer de datos del mundo real para evaluar la efectividad de las vacunas actuales contra Ómicron a largo plazo», afirmó.


Texto: Francisca Siebert