Salud mental digital y pandemia: la tecnología llegó para quedarse

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El uso de tecnologías digitales no es algo nuevo en salud mental. Sin embargo, este tipo de intervenciones, comenzadas a principios de la década del 2000, nunca logró consolidar una transformación real en este campo. Eso hasta la llegada de la pandemia, hito que cambió a la fuerza la atención clínica, administrativa y asistencial del mundo de la salud mental. Aunque aún falta investigación sobre el impacto de este giro, especialistas y servicios en esta área ya acumulan experiencias que les permiten evaluar, replantear y trazar desafíos a futuro, en un mundo donde todo indica que lo digital no desaparecerá con el fin de la crisis sanitaria.

“La pandemia nos ha enseñado muchas cosas y también nos ha golpeado, y de eso queremos hablar hoy”, comenzó diciendo la psiquiatra y directora del Hospital Clínico de la U. de Chile (HCUCH), Graciela Rojas, quien dio inicio al II Encuentro de Salud Digital ¿Qué aprendizajes nos dejó la pandemia? La instancia, realizada gracias al Concurso U-REDES CONSOLIDACIÓN de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de nuestro plantel, convocó a diversos especialistas en salud mental para hablar de los programas, tecnologías y plataformas digitales utilizadas durante estos casi dos años de pandemia.

En su intervención, la Dra. Rojas expuso diversos programas implementados en Chile a partir de la década del 2000, a través de los cuales se monitoreó a pacientes por vía remota, se implementó el uso de plataformas y software para prevención en salud mental o se monitoreó el uso de drogas mediante redes sociales. “Hasta ahí, éramos unos locos geniales que se nos ocurrían hacer cosas raras. Recibíamos muchas felicitaciones, pero de ahí a que estas tecnologías fueran a ser usadas masivamente por los clínicos, había una distancia enorme”, comentó la directora del HCUCH, quien remarcó el drástico giro de esta situación debido la irrupción del COVID-19.

“La pandemia fue una oportunidad para la telemedicina en general, y para la salud mental, porque fuimos los más postergados. Entonces, se masificaron las atenciones remotas en salud mental y todos los psicólogos y psiquiatras empezaron tanto en el ámbito privado como público a brindar este tipo de atenciones. En un primer momento, a como diera lugar, usando cualquier tipo de plataforma o incluso el celular o el Whatsapp. Surgieron diversas modalidades de atención, algunas de las cuales no fueron muy regladas o que no tuvieron el suficiente soporte tecnológico, pero que cumplieron con el desafío de poder entregar una atención a los pacientes que así lo requerían”, expresó la Dra. Rojas, quien destacó otros importantes avances que se dieron en este período como la implementación de recetas digitales de psicotrópicos y los seguros de salud comenzaron a dar cobertura a estas atenciones.

Pese a estos avances, la especialista advirtió: “Yo creo que no está asegurado el curso de los acontecimientos para el futuro, todavía hay una incertidumbre sobre quiénes van a seguir solicitando atención remota o qué servicios van a poder seguir brindándose de manera remota. Lo que está sucediendo actualmente es que se está imponiendo un sistema híbrido de atención”. Junto a estas dudas, también comentó sobre los desafíos que plantea la salud mental digital, como la privacidad en la atención que no siempre tienen garantizada los pacientes en sus casas, la regulación a este tipo de servicios, y el desarrollo de investigación que entregue evidencia sobre estos casi dos años de transformaciones en salud mental durante la pandemia.

Desde Londres, el psiquiatra Ricardo Araya, académico del King´s College London y director del Centre for Global Mental Health, quien ha sido asesor en salud mental de diversos grupos profesionales y de investigadores en América Latina, África y Asia, relató diversas experiencias de intervenciones en salud mental digital realizadas recientemente en Latinoamérica, incluyendo el proyecto JAPI de intervención para preescolares, una iniciativa dirigida a fortalecer habilidades cognitivas y no cognitivas a través del juego, y un programa para el tratamiento de personas con depresión que sufrían de hipertensión y diabetes en Perú y Brasil.

Los resultados mostrados por el investigador respecto a estas intervenciones eran alentadores. No obstante, fue enfático en subrayar que queda mucho por avanzar en el tema. “Existen todavía muchos problemas para la ruta digital, aún hay muchas dificultades en la falta de infraestructura y alfabetización digital en muchas partes del mundo. No hay un financiamiento que permita a las personas acceder a estas intervenciones, hay marcadas desigualdades, ya sea por ingresos, edades y niveles de educación”, comentó el Dr. Araya, quien también se refirió a la privacidad de la información y las adaptaciones culturales de las plataformas -que muchas veces son importadas-, como temas que deben ser atendidos.

Considerando lo anterior, el académico de King´s College advirtió que si bien la pandemia ha ayudado a la aceleración de la salud mental digital, el progreso se enfoca especialmente para servicios que son más simples: teleconferencias, telefonía, sitios web, eventualmente aplicaciones. “Las cosas más sofisticadas siguen siendo reservadas para los países más ricos. ¿Qué es lo que va a pasar después de la pandemia? Está todo por verse, pero yo creo que el espacio que han ganado las intervenciones digitales es un espacio que va a permanecer”, concluyó.

Atención remota a pacientes: la experiencia que dejó la pandemia

El aislamiento y la incertidumbre provocados por el contexto de pandemia tuvieron fuertes consecuencias en la vida de las personas, y particularmente en la salud de estas. Frente a este escenario, el Hospital Digital de la Subsecretaria de Redes Asistenciales del Ministerio de Salud debió trazar nuevas estrategias con el fin de contener a la población. El programa Saludablemente, lanzado en junio de 2020, cumplió con esa función, convirtiéndose en una plataforma de consulta sobre diversos temas de salud mental, proveyendo de material tanto para personal de salud como para la población, y dando ayuda psicológica por vía remota.

“La llegada del programa “Saludablemente” alteró y cambió absolutamente todo lo que nosotros teníamos”, relató el psicólogo Ricardo Pinto, encargado de Proyectos Unidad Hospital Digital, respecto experiencia vivida en pandemia. Así, pasaron de contar con un equipo de seis profesionales en salud mental a 120, y las llamadas telefónicas que antes alcanzaban las 2 mil mensuales ya van en 300 mil durante este período.

La atención a través de videollamadas, que comenzó en enero de este año, significó otro desafío para el Hospital Digital. “Tuvimos que realizar muchos cambios a lo que veníamos haciendo, hemos tenido que desarrollar protocolos no solo para poder responder a la población, sino también internamente. Desarrollamos un equipo interno que nos permite ir acompañando a nuestros profesionales, realizando reuniones clínicas, revisando casos, revisando turnos, respondiendo a la prevención de suicidio, que es uno de los pilares de nuestro trabajo. Creemos que es un programa que hoy funciona bien, y esta alta demanda nos lo demuestran”, afirmó Pinto.

Otro de los puntos destacados por el psicólogo fue que este programa ha ido de la mano de una fuerte difusión a través de las autoridades, redes sociales, televisión y diarios. “Como desafío queremos implementar nuevas plataformas, estamos buscando canales de atención a la población, queremos seguir desarrollando el tema de difusión de la estrategia, queremos que la red de salud conozca lo que estamos haciendo y poder a llegar a trabajar con ellos, y -en lo posible- ampliar la oferta de este programa a la población, porque tiene algunos requisitos para acceder a la atención”, concluyó el encargado de Proyectos Unidad Hospital Digital.

Desde los prestadores privados, compartió su experiencia el psiquiatra Dante Diez de Medina, subdirector médico del Grupo Clínico y de Investigación de Psicomédica, centro que realiza atención de salud ambulatoria y opera como prestador GES. “La pandemia alteró el funcionamiento habitual de nuestras atenciones presenciales y eso nos llevó a desarrollar estrategias para que los pacientes pudieran tener continuidad de sus tratamientos”, contó el Dr. Diez de Medina, quien detalló que con el inicio de la pandemia rápidamente el centro debió implementar un módulo de teleconsulta dentro de la ficha electrónica y estandarizar estas atenciones con el equipo médico.

“Las ventajas que muestra esta modalidad de atención nos hace pensar en que llegó para quedarse. En nuestro contexto de atenciones ambulatorias en salud mental sí es posible llevar a cabo un proceso completo de atención por medio telemático, y esto abre una nueva oportunidad para dar acceso y cobertura a pacientes en lugares geográficos a los que a veces no se podía llegar. Esto impone el desafío de adoptar una mirada telemática para todos los procesos de atención: asistenciales, clínicos y administrativos. Particularmente en nosotros y en nuestra modalidad vemos la necesidad de que esto se contemple dentro de las normativas que son un poco rígidas y que se cree un estándar para que las teleatenciones puedan cumplir este criterio para nosotros y a nivel país, y así poder seguir aprovechando las ventajas que la teleatención nos permite”, expresó el especialista.

Finalmente, se abrió la discusión y las preguntas a los asistentes, espacio moderado por el psicólogo Álvaro Jiménez, quien es académico de la Universidad Diego Portales e Investigador Núcleo Milenio Imhay para Mejorar la Salud Mental de Adolescentes y Jóvenes, y la Dra. Vania Martínez, académica de la Facultad de Medicina y directora de Imhay.


Texto: Francisca Siebert