Vacunas COVID-19: ¿Producen cambios y efectos en el ciclo femenino?

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Medios internacionales dan cuenta de testimonios de mujeres que aseguran que sus menstruaciones han sufrido alteraciones tras ser inoculadas contra el Coronavirus. Ciclos más abundantes o dolorosos o cambios en la temporalidad del período son parte de los efectos que dicen estar sufriendo. Especialistas de la U. de Chile explican que no existen estudios ni evidencia científica que valide esto, pero que el sistema hormonal y el nervioso son uno solo y ahí podría estar el gatillante de estos cambios.

El diario electrónico “El País” de España publicó a inicios de agosto la nota “Trastornos de la regla y otros desarreglos: la incógnita de los efectos secundarios tras la vacuna del coronavirus en mujeres”, donde se recopila el testimonio de diversas mujeres que aseguran que desde que recibieron las vacunas contra el COVID-19 (Pfizer y AstraZeneca) han experimentado cambios en sus ciclos menstruales. Dentro de los relatos, indican que han tenido períodos más abundantes, con dolores intensos, cambios en su calendario mensual, adelantándose o retrasándose, e incluso en algunos casos no han tenido nuevamente la regla.

Si bien en la nota plantean que no existen estudios sólidos que determinen que las vacunas sean causantes de estos trastornos, entregan una cifra no menor. Dice que lo que está claro es que el sexo femenino notifica muchas más dolencias: un 77 por ciento de los casi 33.000 efectos adversos tras los pinchazos, según recoge el último informe de Farmacovigilancia de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), con datos recopilados hasta el 20 de julio.

Consultado al respecto, el doctor del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Cristian Miranda, señala que lo primero que hay que considerar es que “la menstruación es un sistema que depende de un ordenamiento hormonal, de un programa hormonal. Sabemos actualmente que el sistema hormonal y el sistema nervioso es uno solo”. Por lo mismo, explica, el hecho de recibir una vacuna y tener una reacción en el cuerpo puede significar algunas molestias generales que desencadene también una respuesta en la menstruación como un efecto hormonal o nervioso. Por ejemplo, se sabe que las mujeres en estado de estrés pueden tener las dos cosas, o que les aparezca una menstruación inesperada o que queden sin menstruación y eso se ha visto en la guerra, en estrés grande”, sostiene.

El ginecólogo agrega que otro aspecto interesante a considerar es que el lugar mismo donde se produce la menstruación, que es el útero, tiene un rol inmunológico importante y que se adapta -por ejemplo- cuando tiene a un nuevo ser en gestación. Pese a que es una persona con una genética distinta (mezcla del padre y la madre), el cuerpo no lo rechaza, pese a que cuando se trasplanta a una persona, con un órgano de otra, puede generar rechazo.

“Se piensa que el útero desarrolla un estado inmunológico especial, que llegado el momento del parto produce el rechazo y produce el comienzo del trabajo de parto y la salida de la criatura. Entonces, también se piensa que la alteración o cambio inmunológico que puede producir una vacuna también puede generar una respuesta en el útero, con una menstruación inesperada o con mayor flujo, etc.”, afirma el especialista.

Por su parte, la viróloga y académica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Vivian Luchsinger, aclara primero que “es posible tener efectos adversos en el uso de vacuna, así como en el uso de cualquier medicamento”.

Sin embargo, sobre el ciclo reproductivo, es enfática en señalar que no es posible descartar ni confirmar las denuncias hechas por mujeres. “Podría ser. Los ciclos menstruales se ven afectados por un montón de factores, entre ellos, el estrés, el estado emocional. Por lo tanto, puede perfectamente el estrés de la vacunación producir una alteración y también hace que las personas estén más atentas a lo que ocurre con ellas, entonces también puede haber un mayor reporte de cambios por eso. Pero, en este momento, la información no nos permite ni dar por hecho que esto es así, ni tampoco descartarlo”, finaliza.


Maritza Tapia, periodista Prensa U. de Chile. Fotos: Alejandra Fuenzalida.