Trabajadoras de la Facultad de Ciencias Sociales participan en la segunda edición del taller de escritura La Mochila Celeste

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Cinco integrantes del equipo de auxiliares de la facultad participaron en esta iniciativa, que promueve la escritura desde la experiencia personal, el encuentro entre mujeres y la creación de espacios seguros dentro de la universidad. La actividad fue organizada por la Biblioteca Enzo Faletto y la Dirección de Género de la Facultad de Ciencias Sociales, con el apoyo de la Biblioteca de Bachillerato.

Es bonito pensar que cada una de las personas que nos rodea va dejando una estela, un rastro único y delicado, un día tras otro. Y que esos caminos, cuando se entrelazan con los de otros, nos permiten darnos cuenta de que no estamos tan solos como a veces creemos. En el acto de escribir, pero sobre todo cuando se comparte lo escrito, ocurre algo similar: los fragmentos de una vida puestos en un palabras dentro de un texto, al ser leídos por otros, abren bifurcaciones, abren nuevos caminos, nuevos sentidos. Así, no solo comprendemos mejor nuestra propia experiencia, sino también la forma en que habitamos el mundo junto a los demás.

Siguiendo ese impulso colectivo, los días 16, 17 y 18 de junio se realizó la segunda versión del taller de escritura creativa La Mochila Celeste, en la Biblioteca Enzo Faletto de la Facultad de Ciencias Sociales, en la que participaron cinco mujeres del equipo auxiliar: Jenniffer Aravena, Gloria Castañeda, Ana Garrido, Rosa Manzanares y Giselle Muñoz. Esta nueva edición, organizada por la Biblioteca Enzo Faletto y la Dirección de Género de la Facultad, con el apoyo de la Biblioteca del Programa Académico de Bachillerato, busca consolidar esta iniciativa como un espacio de encuentro, escucha y creación entre trabajadoras no académicas de la Universidad de Chile.

Esta vez, la actividad fue guiada por el escritor Eugenio Zaldívar y la metodología consistió en la lectura comentada de fragmentos de tres escritoras nacionales, María Luisa Bombal, Marta Brunet y Marcela Serrano. Luego, se propusieron distintos ejercicios creativos para que cada una escogiera y desarrollara en casa, a su ritmo, en medio de sus rutinas laborales y familiares. Cada sesión dio pie a nuevas conversaciones, a nuevas escrituras, y a nuevas maneras de verse y verse entre ellas.

“Partimos con cinco participantes y terminamos con cinco escritoras que se hicieron amigas, que se fueron potenciando en el camino. Logramos sacar las emociones de algunos momentos de sus vidas, en todos los textos. Me voy con la sensación de que uno puede marcar una diferencia, de que incentivar la escritura es también incentivar la confianza”, afirmó el autor de la novela Piñones en Berlín.

Las participantes también lo vivieron de forma significativa. Para Jenniffer Aravena, por ejemplo, la actividad fue una oportunidad para salir de la rutina: “Mi principal motivación para participar fue experimentar nuevas sensaciones y enriquecer mi vida con algo distinto”, comentó. Para Rosita Manzanares, lo más valioso fue contar con un espacio donde expresar lo que muchas veces queda atrapado en la mente. “Es un alivio poder decir en voz alta lo que sentimos o lo que vemos… ¡y hacerlo libremente, sin condiciones!”, enfatizó. Gloria Castañeda resumió su experiencia con claridad y confesó: “Me encantó el taller, me sentí muy cómoda. Siempre quise escribir”.

Escribir sobre uno mismo, desde la propia experiencia, puede parecer simple, pero no lo es. Requiere tiempo, valentía y, sobre todo, de espacios seguros, donde la escucha no sea condescendiente, competitiva ni destructiva. El taller La Mochila Celeste ha demostrado, por segunda vez, que este espacios pueden existir dentro de la universidad, si hay voluntad de abrirlos. Como escribió en su cuaderno una de las participantes: “no sabía que tenía tanto que contar hasta que alguien me dijo que sí, que lo contara”.

Paulina Cabanillas F.
Unidad de Comunicaciones y Gestión Cultural
Programa Académico de Bachillerato
Universidad de Chile