Claves para entender el Acuerdo de Escazú

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A pesar de haber sido uno de los principales impulsores del conocido como Acuerdo de Escazú junto a Costa Rica, hasta la fecha nuestro país no había ratificado este tratado por decisión del gobierno saliente.

Varias fueron las razones esgrimidas para esa decisión, que fue ampliamente criticada por la entonces oposición y también por activistas relacionados con la defensa del Medio Ambiente, y que significó que durante la campaña presidencial el ahora mandatario  se comprometiera a adherir lo antes posible.

Es así como el pasado viernes 18 de marzo el Ejecutivo firmó el proyecto de ley para ratificar el texto, acto que el presidente calificó como un hito hacia una “nueva relación entre el Estado y sus habitantes en materia ambiental”.

Al respecto, la profesora Ximena Insunza, quien es integrante del Programa Transdisciplinario en Medio Ambiente (PROMA) y académica en el Centro de Derecho Ambiental de nuestro plantel, destacó la importancia del paso dado, y explicó qué significa en términos prácticos esta decisión, así como los pasos que faltan para que entre en vigor.

¿Qué relevancia tiene que Chile adhiera al acuerdo de Escazú?

Yo diría que como una primera dimensión, que el presidente Boric en su primera semana haya cumplido con el compromiso de enviar al Congreso la adhesión al tratado de Escazú es sumamente importante porque habla de su preocupación por la temática ambiental, y para Chile, que fue uno de los promotores de este acuerdo regional, significa por fin cumplir con un compromiso que era muy anhelado por la sociedad civil, por los actores del medioambiente, pero sobre todo por los defensores ambientales.

¿Es importante esta adhesión a nivel regional?

Desde el derecho internacional no necesariamente cambia la situación, porque ya se había logrado la cantidad de países mínima para que entre en vigor el acuerdo, pero desde un punto de vista político hay que pensar que siempre se espera que las posturas de los países sean coherentes, y si Chile y Costa Rica fueron los promotores de la iniciativa y ninguno la había ratificado, entonces existía un vacío o una contradicción.

Con este paso Chile vuelve a la senda que se había planteado y también a ser un actor relevante en materias ambientales y en tratados multilaterales de nivel regional.

En términos prácticos ¿qué significará para nuestro país?

Hay que tener en cuenta que Chile tiene desarrollados los tres aspectos que incluye el tratado –el acceso a la información ambiental, a la justicia ambiental, y la participación pública de los procesos de toma de decisiones ambientales-, pero la adhesión y ratificación por el Congreso de este tratado robustecerá y fortalecerá estos pilares de la democracia ambiental.

El acuerdo incluye un Comité de Implementación que va viendo cómo los países van mejorando estas dimensiones. Entonces, nosotros tenemos una muy buena línea de base, pero con este mecanismo existe un compromiso para ir mejorando constantemente. Además, en nuestro ordenamiento jurídico no tenemos incorporado un estatuto de protección para los defensores ambientales, y ese aspecto es de gran relevancia.

¿Por qué fue tan difícil que Chile firmara el acuerdo, si fue uno de los países que lo impulsó?

Para ser franca creo que en algún minuto la interpretación que se hizo en el gobierno de Sebastián Piñera fue que podría generar mayores obligaciones para las inversiones, y se quiso proteger el desarrollo de la actividad económica, pero la verdad es que las razones que se dieron para no ratificarlo fueron variando en el tiempo. En un momento se habló de la cláusula de resolución de conflictos, luego de la cooperación con países mediterráneos y que Bolivia podría demandarnos, o que el carácter de autoejecutable del acuerdo -o sea, que se aplica inmediatamente- representaba un peligro.  Creo que esta es una mala interpretación de lo que dice el Acuerdo, pero es la razón que creo hizo que llegáramos a este punto.

¿Qué falta para que se concrete esta adhesión?

El Presidente envió un oficio al Congreso que debe ratificar el tratado por una mayoría simple y es importante señalar que este al igual que otros tratados no admite reserva con respecto a sus apartados, entonces es binario: si o no, y vamos a ver cómo será la tramitación. Diría que estamos contentos por lo que hizo el Presidente, pero aún no ha concluido el camino que debe recorrer este instrumento para que entre en vigor para nosotros.


Prensa: Felipe Ramírez. Foto: Alejandra Fuenzalida