¿Cuánto han cambiado las técnicas de estudio? Académicos Uchile explican el impacto de la IA en estudiantes

Compartir
jcr_content

Leyendo, haciendo resúmenes conceptuales, escuchando audios o a través del computador. Cada persona tiene su propia fórmula. Sin embargo, con la incorporación de tecnologías, aplicaciones y la Inteligencia Artificial (IA), cabe preguntarse si las maneras de estudiar y aprender se han visto modificadas con el paso del tiempo. Académicos del Centro de Investigación Avanzada en Educación, CIAE, de la Universidad de Chile analizan el escenario actual y entregan recomendaciones y sugerencias sobre cómo optimizar nuestros recursos en torno a la enseñanza-aprendizaje.

Cierre sus ojos. Evoque sus años de estudio. Puede ser en el colegio o en la universidad o instituto. Visualice ese tiempo, rodeado de cuadernos, apuntes, pizarrón, mientras el profesor o la profesora habla. Ahora, responda estas preguntas: ¿Cómo estudiaba? ¿Qué métodos le parecían más amables para aprender? ¿tomaba apuntes o solo se quedaba con lo que escuchaba en clases? Cada uno tiene su propio método, dependiendo, además, de la edad que se tenga.

Pero, ahora sí, retrocedemos unos 20 años, ¿qué tanto ha cambiado la forma de estudiar de las personas? Para el investigador asociado del Centro de Investigación Avanzada en Educación, CIAE, de la Universidad de Chile, Juan Cristóbal Castro-Alonso, la realidad de los estudiantes universitarios, no era muy distinta a la de hoy, solo que el acceso era diferente.

Se usaban tecnologías similares hace 20 años, pero muchos menos estudiantes tenían acceso. Por ejemplo, sólo algunos podían traer un notebook a la universidad. Hoy, no sólo la mayoría trae notebooks o tablets, sino también celulares con las mismas funcionalidades que esos otros equipos más grandes”, explica.

Opinión similar tiene el también investigador del CIAE Uchile, Roberto Araya. “En los últimos 20 años las estrategias de estudio han variado muy poco. Es principalmente memorizar y repetir los procedimientos que dicta el profesor. La mayor diferencia es el acceso a videos de YouTube, donde el estudiante puede ver una explicación de un tercero, que complementa lo dicho por el profesor. Las plataformas online son aún muy poco usadas en las escuelas para estudiar”.

Sobre el uso de celulares, los académicos señalan que el impacto puede ser tanto positivo como negativo. “Hay usos buenos y malos de estas tecnologías. Lo ideal es reforzar en nuestros estudiantes cuáles son los usos buenos, que los ayudarán a mejorar su conocimiento, pensamiento crítico y creatividad, y cuáles son los usos malos, que evitarán estos tres resultados deseables en nuestro alumnado”, dice el profesor Castro-Alonso.

Por su parte, Araya, plantea que “en educación básica y media, los celulares han causado un gran problema de salud mental”. Y agrega el docente que, en el libro La Generación Ansiosa, de Jonathan Haidt se muestra que las redes sociales como Instagram han provocado una epidemia de problemas de salud mental en preadolescentes y adolescentes desde 2012. “El aumento ha sido más severo en niñas que en niños”, plantea.

Por otra parte, dice Araya “los avances recientes de IA hacen posible una interacción más dialógica, mucho más allá de la selección múltiple. El estudiante puede conversar con varios agentes diferentes, comparar sus sugerencias, hacerlos deliberar y contrargumentar, como el Rey Arturo con sus caballeros en su mesa redonda. De esta manera, es posible poner en práctica, estrategias de reflexión y trabajo en equipo mucho más sofisticadas y enriquecedoras”.  

Sobre de qué manera las tecnologías han cambiado la forma de estudiar, el profesor Araya, plantea: «Muchas de las implementaciones se han centrado en la selección múltiple. Es lo que principalmente ofrecen las plataformas online. Es la tecnología de las pruebas corregidas por computador como el SIMCE y PAES. Esto está cambiando, pues ahora con el auge de la IA, con agentes artificiales basados en los modelos de lenguaje de gran tamaño, abreviados LLM por su denominación en inglés como Large Language Models, se abren oportunidades de una educación más dialógica, de mayor profundidad conceptual y creatividad, y que incorpora el desarrollo de habilidades socioemocionales«. 

¿Cómo podemos mejorar nuestra forma de estudiar con la incorporación de la tecnología?  

“Todo uso que fomente reforzar el conocimiento, y no evitar aprenderlo, conducirá a los deseables pensamiento crítico y creatividad. Pero la base es el conocimiento especializado que se entrega en las buenas universidades. Hay muchos hábitos de estudio que pueden ayudar a reforzar el conocimiento, y que pueden usar estas nuevas tecnologías”, dice Juan Cristóbal Castro-Alonso.  

Mientras que el investigador Roberto Araya parte señalando que “hay que tener en cuenta que el aprendizaje es una actividad principalmente social. Uno aprende de otros, imitando, interactuando, explicando argumentos a terceros, y recibiendo golpes inesperados a nuestras creencias o posiciones”.

Agrega que “los estudiantes pueden establecer una interacción más profunda con los agentes artificiales, similar a la de un terapeuta psicológico apoyando las introspecciones de sus pacientes”. Y, plantea que “existe ahora, con apoyo de la IA, una gran oportunidad de poner en práctica estrategias de colaboración y de potenciar la metacognición. A través de otros, algunos artificiales, uno puede lograr entender mejor cómo uno piensa, qué sesgos acarrea, qué procesos cognitivos y socioemocionales está activando”.

Recomendaciones para mejorar hábitos de estudio

Hacerse preguntas. Esto, dice el profesor Castro-Alonso sirve “para ver si se entendió lo estudiado es una buena estrategia. Los estudiantes pueden preguntarse entre sí, o pedir a la IA que los apoye en esto”.

Otro consejo es explicar lo estudiado a otra persona o IA. O aplicar lo estudiado en situaciones nuevas, lo que puede ser creado por otro estudiante o IA.

También, sugiere el profesor Castro-Alonso, es organizar los tiempos de estudio con tiempos de descanso. “Si los ojos ya no pueden más de pantallas, cerrarlos y pedirle a un compañero o la IA que nos lea o nos explique las imágenes a través de narraciones, también puede optimizar el tiempo de estudio, ya que se descansa la vista, pero se sigue aprendiendo”, dice el investigador.  

“Necesitamos abordar hábitos de estudio para desarrollar la habilidad superior de hacer las preguntas relevantes. Recomiendo abrirse a las nuevas oportunidades de reflexión con terceros, artificiales y/o naturales, que nos brinda hoy la IA. Ya no tenemos que estar aislados, estudiando las cosas por nuestra cuenta”, dice el profesor Araya.

Finalmente, reflexiona, diciendo que “podemos convertirnos en un Rey Arturo con caballeros 24×7 en nuestra mesa redonda. Y ahora nuestra labor es concentrarnos en plantear las preguntas relevantes y provocar la indagación de nuestros caballeros. Hacerlos contrastar opiniones y cuestionar sus respuestas hasta lograr descifrar el mecanismo que hace funcionar lo que estamos estudiando”.

Maritza Tapia, periodista Prensa Uchile. Fotos: Alejandra Fuenzalida.