A nadie es indiferente el aumento considerable que ha tenido en el último tiempo el precio de algunos productos, como por ejemplo, el aceite o los combustibles. Todo a raíz de la inflación que ha aumentado, ya sea por factores internos como externos, según explican los economistas.
Sobre esto, el Ministro de Hacienda, Mario Marcel, explicó recientemente en conversación con el canal 24 horas, que «el impacto de la crisis en Ucrania, ha aumentado los precios de algunos productos muy esenciales para los hogares en todo el mundo». Asimismo, indicó que los productos más afectados por la inflación son «el pan, la harina y los aceites que es el producto que más aumentó de precio en el último IPC».
¿Qué se ha hecho para frenar esto? Para el académico de la Facultad de Economía y Negocios, Joseph Ramos, son dos las medidas fundamentales para poder reducir la inflación. “Encarecer el crédito para que la gente gaste menos, y en segundo lugar, que el fisco no se sobrepase con un déficit mayor”.
El especialista analiza también otras medidas como el subsidio a la parafina. “Esas son medidas paliativas”, enfatiza. “Lo único que hace es que no golpea tan fuertemente el bolsillo de las personas. Los $6.500 por carga familiar no baja la inflación, sirve para ayudar a las familias más necesitadas, pero no afecta la inflación. El llamado Mepco estabiliza el alza en los precios de las bencina, pero no baja la inflación”.
Por su parte, el académico de la Facultad de Economía y Negocios, Manuel Agosin, plantea que lo más importante aquí es lo que está haciendo el Banco Central. “Es indispensable que lo haga porque cuando estamos en una situación como la que tenemos eventualmente, yo creo que no hay ninguna duda de que tiene que actuar de manera bien agresiva para poder frenarlo”.
El académico plantea una medida que podría contribuir a las familias vulnerables. «Recomendaría que al 40% más pobre de población se le de una tarjeta de débito que se rellene cada mes que siga el problema inflacionario por un periodo dado, no para siempre, porque nada puede ser para siempre, porque el gasto público no es un barril sin fondo, depende de los ingresos tributarios».
Explica que este mecanismo funcionaría, aportando un porcentaje a las familias. Cada vez que compren, un décimo -que es el 10% de la inflación actual- se pagaría a través de la tarjeta. «Si una familia tiene que comprar en comercio habilitado para esto, va a un supermercado o expendio de alimentos, $20.000 le sale la compra, y $2.000 lo paga con la tarjeta y la familia paga entonces $18.000 para poder evitar o moderar el impacto del aumento de los alimetnos que es lo que más complica a las familias más pobres», afirma.
¿Hasta cuánto podría subir la inflación?
El profesor Ramos plantea que se prevé que este indicador va a seguir subiendo en mayo y en junio. «Creo que a fines de junio vamos a estar en torno a un 11,5% y a partir de julio se cree, y también comparto ese punto que, ya las medidas que se están tomando van a empezar a dar efecto, y a partir de julio empezará a descender paulatinamente para tal vez llegar a 8% a fin de año. Pero, va a tomar todo el año que viene para que vuelva a bajar a 4%, el rango máximo de la meta del Banco Central”.
Mientras que el profesor Manuel Agosin, considera que es difícil predecir lo que pasará a futuro. “Hasta cuándo durará esto, nadie lo sabe”, señala y agrega que “es casi imposible decirlo, porque el componente nacional pasa a segundo nivel de importancia. Estamos viviendo una inflación mundial, el aumento de precio de alimentos se debe principalmente a la guerra de Rusia con Ucrania, este último es un gran productor de alimentos, no solo de trigo, es uno de los principales exportadores mundiales de trigo, de maiz, de oleaginosas para hacer aceite de cocina».
En la misma línea, hace algunos días, el propio Ministro de Hacienda, Mario Marcel, proyectó que en el segundo semestre de 2022 “podría empezar a bajar el ritmo de la inflación”.
Maritza Tapia
Prensa UChile
