Enfatizando su rol como defensor de la educación pública y gratuita, se realizó una actividad para honrar el legado de quien fuera su rector entre los años 1906 y 1911. Posteriormente la Contraloría General de la República encabezó un homenaje, que contó con la participación del Rector Ennio Vivaldi, valorando el desempeño de Letelier como fiscal del Tribunal de Cuentas, órgano considerado como el predecesor de la institución fiscalizadora. A estas actividades se sumó la ceremonia conmemorativa realizada en la Facultad de Derecho.
El 19 de junio de 1919 falleció el abogado, político, intelectual y ex rector de la Universidad de Chile, Valentín Letelier. En conmemoración al centenario de esta fecha, la Casa de Bello realizó un homenaje a su legado como precursor y defensor de la educación pública gratuita, y la importancia que le dio a los principios de legalidad, independencia de los legisladores y la obligación de los servicios públicos de rendir cuenta de su gestión.
La ceremonia, realizada en la sala Valentín Letelier de la Casa Central, fue encabezada por el Rector Ennio Vivaldi, con la participación de la Vicerrectora de Extensión y Comunicaciones, Faride Zeran; la directora del Archivo Central Andrés Bello, Alejandra Araya; la contralora universitaria, Magdalena Gandolfo; el presidente del Consejo de Evaluación, Luis Valladares; la colaboradora del estamento estudiantil de la Mesa del Senado Universitario, María José Cornejo; integrantes del Consejo Universitario y otras autoridades universitarias. Además la ceremonia contó con la presencia del contralor General de la República, Jorge Bermúdez; el contralor Regional de la I Contraloría Metropolitana, René Morales; la contralora General de la II Contraloría Metropolitana, Laritza Presley y el subsecretario de la División de la Secretaría General de la Contraloría, Kael Becerra.
En la instancia la directora del Archivo Central Andrés Bello, Alejandra Araya, destacó el acto de recordar a Valentín Letelier, “particularmente en un momento en que lo público nos interpela, en particular la institución pública, de la cual la Universidad de Chile es la principal representante».
Una institución que, como prosiguió la profesora Araya, «era definida por el señor Letelier como un servicio del Estado y un servicio gratuito, porque era un medio para abrir las puertas a todos, sin distinción de clases ni fortunas, principio que -admitía- había sido muy difícil de instalar, pero que tenía que ser defendido como lo hizo él, con intransigencia, puesto que la enseñanza pagada parecía que se convertía en un ‘monopolio de las clases pudientes'», como lo planteara textualmente Letelier.
“Hace unos veinte años el diario La Nación hizo una semblanza de Valentín Letelier y lo definió así: un radical insobornable. Para Valentín Letelier lo que hoy denominamos la probidad, la integridad o la lucha contra la corrupción, sin usar esas palabras porque no se usaban esas definiciones, fue el motivo central de su trabajo. Yo creo que eso, por lo menos para el trabajo de la Contraloría, está más vivo que nunca», señaló en tanto el contralor Jorge Bermúdez, quien también señaló que denominaron a la I Contraloría Regional Metropolitana con el nombre de Valentín Letelier.
Luego de sus palabras, el Contralor Jorge Bermúdez entregó a la Universidad de Chile una placa conmemorativa, que fue recibida por el Rector Ennio Vivaldi.
La máxima autoridad universitaria, en tanto, relevó algunas de las iniciativas encabezadas por Valentín Letelier, como su rol en la creación de la Contraloría y del Instituto Pedagógico, «valorando la justicia, el ser capaces de tener inteligencia y razón».
«Es quizás ese sentido de justicia y educación pública lo que hace que el legado de Valentín Letelier sea extraordinariamente valioso para nosotros y tal vez, podría agregar, especialmente vigente hoy”, concluyó el Rector, quien para finalizar el homenaje descubrió un retrato de Valentín Letelier, resguardado en la galería de los rectores de la Casa de Bello, que fue restaurado por Catalina Salvo, del Archivo Central Andrés Bello para la ocasión, pieza que sería el que inauguró la tradición de los retratos de las máximas autoridades que ha continuado con cada rector al finalizar su mandato.
