Vicerrector de Investigación y Desarrollo colabora en guía global para una evaluación científica más justa

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El Vicerrector de Investigación y Desarrollo de la U. de Chile, Christian González-Billault, participó de la construcción de la “Guía Práctica para la Implementación de la Evaluación Responsable de la Investigación en Organizaciones que Realizan Investigación» documento emanado por la Declaration for Research Assessment (DORA). El texto ofrece orientación, recursos y ejemplos para organizaciones que realizan investigación que buscan definir e implementar prácticas de evaluación responsable en la materia.

En el marco del 12° aniversario de la Declaration for Research Assessment (DORA) se realizó el lanzamiento de la “Guía Práctica para la Implementación de la Evaluación Responsable de la Investigación en Organizaciones que Realizan Investigación». Este documento, conformado en los últimos dos años, entrega orientaciones a las organizaciones que desean reformar sus prácticas existentes en ámbitos investigativos, como también adoptar enfoques más inclusivos en la evaluación de estas áreas.

El texto es parte del proyecto Tools to Advance Research Assessment (TARA) de DORA, el cual busca facilitar el desarrollo de nuevas políticas y prácticas para la evaluación de la carrera académica. A su vez, responde a la necesidad de crear mecanismos flexibles para la evaluación investigativa, lo cual permitirá crear criterios que se adapten a las distintas disciplinas y usuarios. Además, la herramienta buscará actualizarse en el tiempo, realizando ajustes a las realidades de cada uno de los espacios.

En este contexto, el Vicerrector de Investigación y Desarrollo UCH, Christian González-Billault, participó del lanzamiento realizado el pasado 16 de mayo, como también de la colaboración académica para la conformación del estudio. La autoridad UCH fue parte del taller organizado por TARA, donde 37 académicos y académicas de distintas instituciones del mundo se dieron cita en la Universidad de Maryland, Estados Unidos, para contribuir con sus experiencias y conocimientos.

Al respecto, la autoridad universitaria destacó que “el documento surge como respuesta a una creciente conciencia global sobre los efectos negativos de evaluar la investigación únicamente con métricas cuantitativas simplificadas, que muchas veces no reflejan la calidad, integridad o impacto real del trabajo científico”.

Además, el Vicerrector González-Billault señaló que “la guía busca entregar insumos que ayuden a promover una evaluación más justa e inclusiva, corregir incentivos distorsionados de los sistemas de evaluación y abordar desigualdades estructurales en la academia”.

Aportes y abordajes en investigación

Dentro de los principales aportes que entrega el documento, se entrega una estructura modular al momento de realizar evaluaciones en investigación, lo que puede ser utilizado en su totalidad o por partes. Al respecto, el Vicerrector mencionó que “esperamos que mejore la calidad científica de las instituciones al alinear la evaluación de desempeño con principios que actualmente no están tan presentes como la integridad, la apertura e innovación. También, buscamos contribuir a un aumento de la equidad, ya que, una nueva forma de mirar las trayectorias, permite superar sesgos implícitos de los sistemas más tradicionales”.

 A su vez, la guía ofrece contenidos que ayudan a fortalecer la cultura institucional en investigación. “Abre espacio para procesos reflexivos, colaborativos y coherentes con la misión que las instituciones hayan definido. Otro aporte es que atenúa la presión por publicar en revistas de alto impacto, lo que puede fomentar prácticas más responsables, reproducibles y socialmente relevantes”, señaló el Vicerrector.

Ante esto, la Subdirectora de Redes, Estrategia y Conocimiento de la Agencia de Nacional de Investigación y Desarrollo, Patricia Muñoz, aseguró que “esta guía es un insumo muy apropiado, oportuno y esperado por la comunidad científica ya que hace más de una década que diversos actores han relevado la importancia de repensar las formas e instrumentos utilizados para la evaluación científica”.

Además, agregó que “desde la visión de la ANID, la implementación de una evaluación responsable representa una oportunidad estratégica para fomentar una ciencia más equitativa, abierta y orientada al impacto social con criterios de evaluación que no solo valoren resultados cuantificables sino también de calidad del proceso de investigación, colaboración interdisciplinaria, apertura de datos y contribución a la sociedad”. 

Por su parte, el director de desarrollo académico UCH, Claudio Olea, sostuvo que “la importancia del documento responde a la visión de diversos académicos, considerando también la diversidad de las disciplinas en el ámbito de la investigación. Este guía pretende reformar las prácticas existentes en las instituciones donde se realiza investigación con enfoques multidisciplinarios y mirada holística e inclusiva de acuerdo a los nuevos tiempos”.

Además, la académica de la Facultad de Gobierno y Presidenta del Consejo de Evaluación Universitaria, Verónica Figueroa, señaló que la guía es relevante debido a que “se produce en un contexto muy complejo que tensiona las formas de producción de conocimiento, pero también la forma en la que se mide esa producción sustentada en métricas estandarizadas que no recogen elementos contextuales. No siempre existe una “hoja de ruta” que pueda ser utilizada por las instituciones para redireccionar los esfuerzos o para avanzar hacia enfoques holísticos, que es una demanda que nos hace la transdisciplinariedad”.

Usos en la Casa de Bello

En cuanto a sus posibles usos dentro del plantel universitario, la guía permite alinear la evaluación académica con principios de una institución pública comprometida con el desarrollo sostenible, la equidad y la excelencia interdisciplinaria.

Al respecto, el Vicerrector agregó que “en concreto, los contenidos, insumos y casos de estudio que la guía entrega pueden contribuir a un diseño de estrategia institucional que incorpore la evaluación responsable de la investigación, integrando actores de todas las facultades y niveles. También nos permitiría tener mejor evidencia para la revisión de criterios de fondos internos de la Vicerrectoría, incorporando dimensiones como impacto social, mentoría, ciencia abierta y colaboración intersectorial”.

Además, Claudio Olea mencionó que “en nuestra Universidad, las recomendaciones serán un complemento a lo que habitualmente realizamos en investigación, ayudando a ampliar las visiones en cómo planteamos los nuevos desafíos, lo que es vital para nuestra institución”.

Finalmente, Verónica Figueroa concluyó que “para nuestra Universidad, que tiene un rol público y una vocación clara, este documento puede favorecer procesos de revisión de nuestras políticas y prácticas de evaluación, de incorporación de enfoques más cualitativos y dinámicos, de impulsar experiencias innovadoras de acuerdo a las realidades disciplinares y tratar de romper con lógicas estancas de investigación para una verdadera transdisciplinariedad”

Comunicaciones VID