Arte Callejero: La mirada de los muralistas U. de Chile Ciro Beltrán y Alejandro «Mono» González

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De cara al público y en constante diálogo con las personas, los acontecimientos nacionales e internacionales, además de la arquitectura del espacio que habitan. Así conciben la creación de un mural, estos destacados artistas, quienes se formaron en la Casa de Bello, donde se nutrieron de ideas, esperanzas y una mirada de lo público que permea su trabajo artístico.

En Santiago de Chile, entre las incesantes olas del océano pacífico y la impasible y fría cordillera de los Andes, un niño pedía de regalo de navidad lápices de colores, témperas y crayones. Un poco más al sur, en Curicó, otro niño acompañaba a su padre -militante del partido comunista- a pegar carteles de propaganda política. Estos recuerdos, pertenecen -respectivamente- a Ciro Beltrán (1965) y Alejandro «Mono» González (1947), quienes dedican parte de su labor artística a pintar murales en la vía pública, y que se han formado profesionalmente y personalmente en la Universidad de Chile.

Ambos artistas comparten una trayectoria, además del reconocimiento internacional de su arte y murales pintados en calles y espacios públicos en Chile y el extranjero. “La vía pública es una constante en mi trabajo”, sostiene Ciro Beltrán, Licenciado en Artes Plásticas de la U. de Chile, quien en 1983, luego de dos años de estudios de Derecho en el mismo plantel, decidió ingresar a la Facultad de Artes.

Por su parte, Alejandro «Mono» González, quien se encuentra actualmente en Nápoles, Italia, trabajando y pintando murales, estudió en la Escuela de Teatro de la U. de Chile (1967-1970), hasta que abandonó la universidad y se comprometió con el trabajo político del gobierno de Salvador Allende.

«Mi paso por la Universidad de Chile marcó mi desarrollo creativo y personal», sostiene el artista quien agrega: “Tengo dos escuelas: La primera es la calle con su conciencia social y mi familia. La segunda es la Universidad de Chile que me marcó a través del trabajo con los estudiantes y con la juventud”.

Alejandro «Mono» Gonzalez, muralista, artista visual, escenógrafo de teatro, cine y televisión, es conocido también por ser parte de la Brigada Ramona Parra.

El Arte Callejero en diálogo con las personas

Según Beltrán, existen dos elementos muy vitales del arte en la vía pública. El primero es la fragilidad: “El arte callejero es una obra muy frágil pues está expuesto a la desaparición pero también tiene un elemento de sorpresa. La persona no se está dirigiendo a un museo o galería de arte, sin embargo se encuentra, repentinamente, con elementos de ese mundo”.

A lo que Alejandro “Mono” González agrega: «Las leyes visuales del mural que se pinta en la calle son muy distintas a un mural interior y de autor, como lo son, por ejemplo, aquellos murales de los artistas en México. Cuando vas a la calle y ves un mural, aunque haya firmado alguien, no sabes quién es el autor. En segundo lugar, el mural se pinta en base a los movimientos, el desplazamiento del espectador, ángulos de luces, alturas, entre otros».

González, sostiene que el proceso creativo de un mural es fluido y cambiante, y que tiene que incorporarse armónicamente al lugar que habita. «Uno puede tener muchas ideas, pero cuando uno ve el muro para pintar, como artista tienes que incorporar la obra a la arquitectura. Un mural, no puede ser invasivo e incorporarse al espacio territorial. En definitiva, el mural tiene que conversar con los vecinos», sostiene.

Para Beltrán existen dos elementos vitales del arte en la vía pública. El primero es la fragilidad. El segundo la sorpresa.

Muralistas U. de Chile en la calle y en el metro

Ciro Beltrán y Alejandro “Mono” González, comparten no sólo el muralismo como disciplina artística, sino también que ambos artistas han dispuesto de su arte en el Metro de Santiago, -arteria capitalina en donde transitan más de 2,6 millones de pasajeros diarios​- en tiempos de estallido social y pandemia, elementos con los cuales han dialogado activamente en sus obras.

“En el caso del mural ‘Poblados de recorrido o cómo ingresé a las ciudades amuralladas zumbando’, que se podrá apreciar este verano en la estación de Metro Chile-España. No podría decir que hay un cambio puntual u objetivo, pues la obra tomó dos años en completarse, pero claramente el mural pasó por todas las etapas que ha estado el país y el mundo. El estallido social y la pandemia en Chile y lo que ha pasado a nivel global es algo tan fuerte o tan importante, que de ninguna manera puedes quedar afuera o seguir tu trabajo sin que nada te impresione o te transforme”, indica Beltrán.

El arte de la calle es un arte democrático, social y con sentido del compromiso. El arte del mural no tiene que ver sólo con la obra en sí misma, sino también con lo que sucede alrededor de la obra”, señala «Mono» González. En su caso, el mural «Paisajes comunes», ubicado en la estación de Metro Franklin, fue el primero que se pintó con personas transitando. “El diálogo que se produjo en pleno estallido fue de todo tipo. Me criticaron, otros me felicitaron. Se da de todo y eso es la calle», sostiene con la convicción de que el muralismo como disciplina se sostiene en el diálogo permanente.

“He pintado en muchos lugares del mundo, China, Ucrania, Montreal, y en casi todas partes la gente agradece que se instalen obras de arte o pinturas cerca de sus barrios. Le guste o no les guste. Disfrutan que los artistas salgan a la calle”, finaliza González.


Marta Apablaza, Prensa U. de Chile